Lincoln
El juego consiste en un continuo movimiento entre áreas y la lucha por su control, mediante mazos de cartas que te proporcionan las distintas opciones de mando y suerte, ya que no hay dados en Lincoln.
La Unión y la Confederación tienen su propio mazo de cartas, lo que refleja históricamente los puntos fuertes y débiles de ambos bandos. El mecanismo está basado en un sistema de «destrucción de mazo». Deberás decidir qué cartas de tu ciclo de mazo vas a sacrificar para construir unidades y proporcionar el liderazgo en las batallas. Construir demasiadas unidades puede llevarte a tener dificultades con el movimiento y el combate, simulando así los problemas que los Estados del Sur tuvieron a medida que la guerra se alargaba. Cada vez que el mazo completa un ciclo, la Unión añade cartas de mejor calidad, siendo más y más fuerte con el paso del tiempo, mientras que el jugador Confederado añadirá cartas peores, volviéndose más débil.
Lincoln recrea la presión a la que se vio sometido el Presidente Lincoln, sin ser consciente de la verdadera debilidad de su oponente. La Unión tiene que jugar muy bien para ganar, ¡el más mínimo error le costará la partida! La Confederación debe sacar ventaja de su posición inicial, ya que sus recursos irán mermando a medida que la guerra progrese.