Smile
En cada una de las diez rondas de juego tienes que colocar al menos una luciérnaga, un contador de cristal, sobre la carta de criatura que haya encima de la mesa con el valor más bajo. Si decides pasar, te llevas la carta con más luciérnagas sobre ella. Claro que si te retiras demasiado pronto seguramente esta carta será poco valiosa y te va a proporcionar pocos puntos.
De modo que Smile es un juego estratégico en el que tienes que evitar que el resto de jugadores averigüe tus intenciones. Administra bien tus contadores de cristal para no quedarte sin suministros que te permitan apostar por las criaturas más valiosas pero a la vez consigue que tus rivales se queden con las que valen menos para poder ganarles. Si te fijas, lo que hagas en cada ronda afecta a la siguiente así que es importante que tengas claro tu juego. Puedes usar tus luciérnagas para provocar que los demás jueguen las suyas y se queden con las cartas mediocres. O reservar la mayor cantidad posible de contadores para hacer una apuesta épica casi al final.
Una vez que llegue la última ronda de Smile tus luciérnagas apenas tienen valor, así que aprovéchalas mientras puedas y haz tus apuestas sabiamente para que cuando termine el juego puedas sonreír satisfecho por el trabajo bien hecho.